El martes 14 de mayo por la mañana, cerca de 400 agentes en huelga del departamento de limpieza y agua (DPE) de la ciudad de París, que gestionan la recogida de residuos en la mitad de los distritos de la capital, se instalaron en la calle de Lobau (4mi arrondissement), frente al edificio del departamento de recursos humanos de la ciudad. “Todo está para quedarse mucho tiempo, incluso hay una barbacoa”dice Smina Mebtouche, secretaria general del sector de tratamiento de residuos, limpieza, agua, alcantarillado y saneamiento (FTDNEEA) de la CGT, origen de un movimiento social que busca aprovechar los Juegos Olímpicos de París.
El sindicato, mayoritario en el DPE, había presentado un aviso de huelga a finales de abril, en el que exigía en particular una bonificación excepcional de 1.900 euros para todos los recolectores de basura, trabajadores de alcantarillado y conductores de contenedores, en reconocimiento a su compromiso con la éxito de los Juegos Olímpicos, así como un aumento de 400 euros mensuales en la asignación por deberes, obligaciones y experiencia, que constituyen una parte importante de su remuneración.
A pesar de varias conversaciones con la oficina de Olivia Polski, teniente de alcalde encargada de recursos humanos, las partes no lograron llegar a un acuerdo y los agentes iniciaron este martes la huelga por un período de tres días. ¿El movimiento fue seguido por los 7.500 funcionarios del DPE? Mientras que la CGT reclamaba al mediodía entre el 70% y el 90% de los huelguistas según los distritos, la ciudad de París indicó a Mundo una tasa de huelga del 16% entre los 5.000 recolectores de basura. Un índice muy inferior, pero superior al de la última movilización sobre el tema, el 24 de abril, que se saldó con un 6,3% de huelguistas entre el personal de limpieza.
“Queremos ser más reconocidos”
“Si la ciudad está sucia, todo el mundo lo verá, o tenemos agravios que se arrastran desde hace años. Luego de tener una reunión con los recolectores de basura, nuestros conductores se reunieron y decidimos apoyarlos en su planteamiento. Cuando vemos los primeros resultados obtenidos por los agentes de la RATP o la policía con una huelga ridícula…”describe Didier Labruyère, conductor de contenedores de basura y delegado sindical de Force Ouvrière del taller Victor-Hugo de Ivry-sur-Seine (Val-de-Marne), uno de los cinco talleres que abastecen la capital.
El martes, el 86% de los conductores de este taller estaban en huelga y el delegado cree en la movilización de los 900 conductores de la ciudad. “Este año sólo tuvimos un incremento bruto de 120 euros, pagados a partir de julio. Con veintiséis años de antigüedad estoy en 2.500 euros netos con bonificacionesdeplora Didier Labruyère. Queremos que se nos reconozca más nuestro trabajo, que cada vez es más complicado con las bicicletas, los peatones…”
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