Más de 300 ingenieros de 33 países han firmado un mapa abierto que pide a la Unión Europea que piense bien cómo quiere controlar el intercambio digital de material pedófilo: premios Turing (que está considerado como el Nobel de la Informática) expertos en criptografía, Ron Rivest y Martín Hellman. Ahora había quedado fuera de la discusión. Esta carta quiere ponerle remedio.
Los ingenieros mostraron el loable objetivo de limitar la explotación infantil, pero creen que la iniciativa europea solo puede traer mayores problemas para el resto de ciudadanos y convertir nuestros móviles en posibles aparatos de espionaje constante: “Es importante tanto que el lado técnico apareció en el debate como el público se entra en lo que están preparando en Bruselas, así de puntillas”, afirmó Carmela Troncoso, investigadora española de la Escuela Politécnica Federal de Lausana y una de las impulsoras de la tarjeta. salones para grabar todo y decir: ‘solo se mandará si es sospechoso'”.
Tal como funciona hoy el intercambio de mensajes grabados, el único lugar donde es viable analizar su contenido es en los móviles de cada usuario. Mientras circulan son inaccesibles sin desmantelar el grabado, uno de los pilares de la privacidad de las comunicaciones en línea: “El activado es la única herramienta que tenemos para proteger nuestros datos en el ámbito digital; se ha demostrado que todas las demás herramientas están comprometidas”, dice el mapa.
La revisión de los dispositivos es inviable hoy sin añadir lo que, según los firmantes de la carta, sería un “software de espionaje” en los teléfonos móviles de todos los ciudadanos europeos. “Estas herramientas funcionarían aparentemente escaneando el contenido en el dispositivo del usuario antes de que se haya grabado o después de que se haya descifrado, y luego informarán cada vez que se encuentre material ilícito”, dice la tarjeta. “Se puede equipar esto a gregar cámaras de video en nuestros hogares para escuchar cada conversación y enviar informes cuando hablamos de temas ilícitos”.
“La intención principal de la tarjeta ya está clara que la tecnología es incapaz, es que porque muchos creen que si es válida”, explica Carmela Troncoso. “Creemos que es importante que tanto los reguladores como el público tengan toda la información acerca de los límites tecnológicos”, añade.
Desde el lado político, todo parece mucho más sencillo. Serían los proveedores de servicios (las apps) quienes se encargarían de encontrar el material delictivo: “Las reglas propuestas obligarán a los proveedores a detectar, informar y eliminar material de abuso sexual infantil en sus servicios”, dice el ponente de la propuesta, el popular eurodiputado español Javier Zarzalejos. “Los proveedores deben evaluar y reducir el riesgo de uso indebido de sus servicios y las medidas que se tomen deben ser proporcionales a ese riesgo y sujetos como a condiciones y salvaguardas sólidas”. Desde un punto de vista técnico, estas exigencias son inviables, dice la carte. Apple abandonó allí en 2022 una iniciativa similar además de dispositivos por inviable.
“Como científicos, no esperamos que se factible en los próximos 10 a 20 años, dearrollar una solución que pueda ejecutarse en los dispositivos de los usuarios sin filtrar información ilegal y que pueda detectar contenido conocido de forma confiable, est decir, con un número aceptable de falsos positivos y negativos”, de la tarjeta. Esa referencia a los falsos positivos es clave.
Falsos positivos con imágenes eróticas
El modo en que esta tecnología funciona es asignado un número larguísimo (cortar) a cada imagen conocida de pedofilia. Cuando hubiera coincidencia en un dispositivo, saltaría la advertencia para las autoridades. Pero esto técnicamente está lleno de agujeros: es trivial variar ligeramente una imagen criminal para que varíe el cortary también es posible crear imágenes legales con hachís delictivos para inundar de trabajo a las autoridades y hacerles perder el tiempo.
Este problema provocará, por tanto, que millones de imágenes perfectamente legales acaben ante ojos de agentes encargados de revisar esos falsos positivos: Generar millones de errores todos los días”, aclara la carta. “Eso significa que al escanear millas de millones de imágenes, videos, textos y mensajes de audio por día, la cantidad de falsos positivos serán de cientos de millones. Además, parece probable que muchos de estos falsos positivos sean imágenes profundamente privadas, probablemente íntimas y completamente legales, enviados entre adultos que consienten”. europeos para su propio lugar.
En el mapa, los especialistas previenen además otros dos problemas graves: los pedófilos encontrarían otras vías para intercambiar su material, aún más lesjos de los ojos de las autoridades, y que esta nueva ley acabaría por debilitar más la sensación escasa de privacidad que otorgan móviles Con este software instalado en los teléfonos, es difícil no pensar que las autoridades procurarán aprovecharlo más: ”Esperamos que haya una presión sustancial sobre los políticos para ampliar su alcance. Primero para detectar reclutamiento de terroristas, luego otras actividades delictivas y luego el discurso disidente”, dice la carta. Los gobiernos menos democráticos solo tendrán que ampliar la base de datos para cazar otro tipo de contenido que no tuvieran nada que ver con pornografía infantil.
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