Mathilde Blézat, es autora de Por la autodefensa feminista (Ediciones de la última carta, 2022). Vuelve a este enfoque específico de la autodefensa.
¿Qué es la autodefensa feminista y de dónde viene?
Como mujer, crecemos con la idea de que somos vulnerables. La autodefensa feminista nació de una observación de activistas de la causa de las mujeres que luchaban contra la violencia doméstica, sexista, sexual… y que querían ofrecer una herramienta a las mujeres ante los ataques. Realmente se desarrolló en la década de 1970 en América del Norte, como un medio para prevenir la violencia contra las mujeres. La práctica que conocemos hoy es un legado de esto.
¿Cuál es la diferencia entre autodefensa y autodefensa feminista?
La autodefensa feminista se basa en el principio de que el hecho de que domines un arte marcial no significa que podrás defenderte. Puede haber un agarre psicológico en la pareja, puede que no seamos capaces de identificar que se ha superado un límite y que estamos en peligro… Son tantos los factores que nos impiden contraatacar, aunque sepamos luchar. Por tanto, no nace de un grupo deportivo; además, más de la mitad de la técnica que se enseña es mental y verbal. Los cursos –que no difunden ningún tipo de ideología feminista– tienen como objetivo acceder a un detonante de la autodefensa mental, sentirse capaz de defenderse y darse el derecho de hacerlo. El objetivo es romper el sentimiento de vulnerabilidad de las mujeres.
¿Los cursos de defensa personal son adecuados para diversos públicos?
Hay tareas tipo escena, por ejemplo dirigidas a adolescentes, con quienes trabajaremos temas de acoso y ciberacoso. Pero también medidas para las personas discapacitadas o mayores: más que mirar la incapacidad física, buscaremos lo que podemos utilizar para defendernos. Por ejemplo, una silla de ruedas es un motor potente, que puede ir rápido, que puede lastimar las piernas de quien nos ataca, dándonos tiempo para escapar. No solo trabajamos lo físico, también entrenamos para tener una voz profunda, gritar fuerte para sorprender al atacante que nos percibe frágiles…
¿Por qué estos cursos son exclusivamente para un solo sexo?
La no mezcla puede plantear un problema en Francia, en nombre del universalismo republicano. Pero no se decide sin razón: se impone porque existe una situación desigual entre hombres y mujeres, particularmente en materia de violencia. El objetivo de esta no mezcla es lograr la igualdad, brindar herramientas a personas que viven lo mismo. Si tenemos representantes del grupo agresor en el curso, no nos sentiremos tan libres de hablar…
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