Tanto Alfonso Rueda como Alberto Núñez Feijóo pasaron horas antes de que el debate electoral de este mes se convirtiera en un «todos contra uno». Era muy difícil satisfacerle sabiendo que el PP llevaba 15 años de ventaja a la Xunta y que todos los opositores invitados por la radio y la televisión eran sus candidatos por los partidos de la oposición. Y efectivamente, esto no está sucediendo. Rueda se defendió con cierta energía y cierta indolencia de las acusaciones del BNG, PSdeG, Sumar y Podemos de vaciar Galicia de población, de favorecer fiscalmente a «los ricos», de «clientelismo», de gobernar una base de «propaganda» y de Si se triplica la edad de la Xunta al mismo tiempo que recortaba en educación y sanidad. Su mensaje está en el centro del gobierno, «que funciona», con la alternativa de un «multipartido de partidos que se componen entre sí».
Es una competencia que Rueda augura en el arranque sin actuar presente en el debate. La nacionalista Ana Pontón tuvo que ceder el paso a la candidata de Sumar, Marta Lois, que había tomado la palabra. Los golpes serán casi todos contra el candidato a la reelección. Rueda intentó mostrarse más nerviosa que sus colaboradores, advirtiendo que en el debate aflorarían “datos que no son ciertos”. La presunción de “mérito” debía aprobar los presupuestos autonómicos durante los 15 años de gobierno del PP, de devolución de impuestos, de menos paro y de salarios que se suben más que en el resto de España. “Si Galicia funciona, ¿por qué perdemos población?”, dijo Pontón. “El tipo impositivo es más bajo, pero porque han emigrado 200.000 jóvenes. Es su forma de bajar el paro”.
El candidato del PP acusó a sus rivales de “pintar una Galicia negra”. La recriminación en varias ocasiones al socialista José Ramón Gómez Besteiro contra Lois según la cual el Gobierno central “recuperó” el impuesto sobre el patrimonio y las sucesiones. “Y el BNG tiene algo de este gobierno”, le dijo a Pontón. “Son muy bravos aquí y muy mansos en Madrid”, añadió. Leyes recordó que «hay que tener un mínimo de dos millones de euros para pagar en Galicia el impuesto sobre el patrimonio». “No sé el gallego que los tengan. “¿Lo conoces a usted?”, le preguntó a Rueda. No se obtuvo respuesta.
Pontón, que figura entre los favoritos de las investigaciones para liderar la alternativa al PP, se comprometió con el «apoyo de la mesa» del Gobierno central para el rescate y el agradecimiento del automovilista atlántico, principal vía de comunicación de la comunidad. y una de esas cosas que son más importantes: “Si puedes salvar a las radiales madrileñas, es de justicia que se haga lo incluso con los gallegos”. Su promesa fue devuelta por Besteiro, quien garantizó “su influencia en el gobierno estatal”: “Garantizas la gratuidad de la AP-9 y de la AP-53”.
Besteiro acusó al PP de «fracasar en la ambición del país» y de «asumir siempre la responsabilidad del futuro». “¿Cómo podemos decidir que hay una gestión maravillosa si es triple derecho público? «, preguntó el socialista, que apoyó el voto del PP en el Congreso de los Diputados contra la subvención de las pensiones y el uso del gallego en esta cámara. Sobre esta última cuestión, Besteiro cuestionó la «legitimidad» de un presidente de la Xunta que «había votado en contra de nuestra lengua». Precisamente nos acercamos a la preocupación futura de los galeses cuando Rueda y Pontón sean más numerosos. “Sigue detrás de la pancarta contra el gallego”, recriminó el nacionalista. “Eso no es verdad”, desafió Rueda. Los populares acusaron al BNG de querer «imponer» en el colegio el «monolingüismo» y su candidato defendió que su objetivo es que los alumnos consideren «la igualdad de conocimientos» de otras lenguas cooperativas.
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Otro gran choque entre los candidatos del PP y del BNG se produjo cuando Rueda fue derrotado, por un voto, por el terrorismo nacionalista ETA. “No te imagines permitiéndolo. El BNG está aquí y está en contradicción con ETA”, afirmó Pontón, indignado. La política con más opciones de encabezar el Condado si los populares no permiten que el ayuntamiento prometa absolutamente un «diálogo y consenso» para negociar con Madrid «un nuevo estatuto de nación para Galicia», de modo que no quede «ni un milímetro para otras naciones”. histórico». “No se apoya su gestión, porque eso es lo que significa Cataluña”, dijo a Rueda.
La candidata de Podemos, Isabel Faraldo, criticó al PP por su historial de casos de corrupción y su «rastro madrileño», y aseguró que Rueda «es el más dependiente de la carrera presidencial de Feijóo para los intereses de Galicia». El representante del partido Morado lanzó una crítica hacia los socialistas: se le acusó de «decidir» una cosa en campaña y luego «hacer» otra.
En el debate hay un conflicto que ve a la televisión autonómica a través de las protestas de sus trabajadores a través de las influencias políticas de la Xunta. Pontón lamentó que TVG se haya convertido en «tele PP» y prometió ceder el canal «a sus dueños, los gallegos». Lois criticó la “falta de libertad” de los periodistas del canal y Faraldo denunció “represión” y “seguridad de la información”. Rueda lo consideró una “cuestión de respeto” en la planta de la televisión pública.
Este debate de TVG es el único que ha aceptado de momento el candidato del PP a presidente de la Xunta. Rueda se coló en el encuentro organizado por la Cadena SER y EL PAÍS el primer día de campaña y no ha confirmado su presencia en el duelo que retransmitirá TVE el martes de la próxima semana. El formato es diferente al diseñado para la televisión independiente. En principio serán tres bandas con Pontón y Besteiro, que han confirmado que están allí.
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