El Inter de Milán ha ganado las cuatro últimas finales que ha disputado en torneos nacionales. Las dos últimas copas de Italia y las dos Supercopas respectivas. Un auténtico tirano en el territorio transalpino que aspira a mantener su racha ante el Nápoles, el próximo rival del Barça en Champions.
El equipo de Simone Inzaghi llega a la final de la Supercopa como gran favorito. No en vano, los neroazzurri son líderes en la Serie A imponiendo su puño de hierro mientras el Nápoles está envuelto en una crisis de resultados pese al contundente triunfo ante la Fiorentina en las semifinales.
Los napolitanos tendrán que enfrentarse al rival a batir en todo el país, con el precedente reciente en liga de un 0-3, el pasado tres de diciembre, a favor del Inter. Por si fuera poco para el Nápoles, el equipo de Mazzarri no podrá contar con el lesionado Meret ni con Zambo Anguissa y Osimhen, estos dos últimos en la Copa África. Gio Simeone apunta a ocupar la punta del ataque como ya hizo, con gol incluido, en el encuentro de semifinales.
Una dupla temible
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Por su parte, el Inter de Simone Inzaghi solo cuenta con la ya conocida baja del colombiano Cuadrado. El técnico italiano podrá poner en liza a su equipo ideal, con el ya conocido 1-3-5-2 como sistema y una de las duplas más en forma de toda Europa, la que forman Lautaro Martínez y Marcus Thuram.
Los números que acumulan entre ambos esta temporada ya indican lo determinantes que pueden ser en esta final. Lautaro es el finalizador del equipo, el hombre que va al espacio y no deja de desmarcarse durante los 90 minutos. El argentino suma ya 20 goles y dos asistencias entre todas las competiciones. Por su parte, Thuram es el futbolista que hace el trabajo sucio, que se zafa con los centrales, que genera huecos para sus compañeros y que, pese a todo, ha sido capaz de anotar 10 días y dar siete pases de gol.
Un título… ¿necesario?
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El partido puede suponer un punto de inflexión para el Nápoles, en una temporada que, hasta el momento, es aciaga. Situados en noveno lugar en la Serie A, la situación del vigente campeón es dramática teniendo en cuenta las expectativas generadas durante el verano. El título de la Supercopa sería el mejor aliciente para los de Mazzarri antes de enfrentar los octavos de final de Champions ante el Barça.
Con el Al-Awwal Park de Riad como gran escenario de la final, ambos equipos en un duelo que no solo será de una importancia vital por el trofeo en juego, si no también por lo que significaría para ambos a nivel moral antes de disputar el tramo más decisivo de la temporada.