Esta vez, con la inédita mediación de la Comisión Europea, puede ser en serie. El PSOE y el PP abrieron estas primeras etapas en Bruselas para relanzar sus negociaciones y renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), con el mandato emitido para tener lustre. El PP estuvo presente tres veces en estos cinco años con el hecho de que estaba prácticamente rodeado, pero los socialistas tienen confianza en este momento, con la presión de la Comisión Europea, en la falta de tiempo durante estos meses de debates y partidos que les esperar. nombramientos, el final sea diferente. Los populares han bloqueado la renovación durante cinco años, y han mantenido un ayuntamiento conservador del CGPJ que obedecía a una de las Cortes elegidas en 2011, mientras que el PP tenía un ayuntamiento absoluto.
El ministro de Justicia y Presidencia, Félix Bolaños, y el vicesecretario de Acción Institucional del PP, Esteban González Pons, reunieron en Bruselas a estos profesores con el comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, para trabajar en la desencallar l’ órgano de gobierno de los jueces, una de las principales preocupaciones respecto del Ejecutivo comunitario España. La situación es muy difícil de sostener para España –que ha recibido diversas atenciones debido a las vulnerabilidades del Estado de derecho– y para su sistema judicial al borde del colapso por el riesgo de renovación. La Comisión, que admitió ante el mediador una cuestión crucial porque confiaba en que las partes legaban un hecho, colocó a Bolaños y González Pons en una nueva reunión el 12 de febrero. “Existe un compromiso claro entre todas las partes en las juntas de trabajo”, aseguró Reynders en una declaración consensuada.
Con la carta de mediación de Bruselas, que propuso al PP y rápidamente aceptó el gobierno, y que aseguró que el mandato llegaba como la Comisión Europea, el ejecutivo aseguró que el PP tenía un colchón político para asumir un pacto con el PSOE que exige a ambos Vox y sectores importantes de la ley en una legislatura muy bien dominada por la ley de amnistía a los responsables de la proceso. “Esto es lo que será definitivo”, dijo Bolaños a la salida de la reunión en Bruselas, quien aseguró que hubo una “máxima disposición” por parte del Gobierno de Pedro Sánchez para llevarlo a la práctica. “Es fundamental para España, para la normalidad institucional que nos lleva a las obras y a las reformas, que nuestra parte no lo vaya a hacer”, añadió la ministra de Justicia.
La Comisión Europea ha levantado un largo plazo exigido a España que ha desbloqueado la renovación del cuerpo de jueces, el principal punto negro en la información sobre el Estado de derecho. Estos años, según citan Bolaños y Pons, han sido muy claros: España debe “avanzar prioritariamente a la renovación del Consejo General del Poder Judicial e iniciar, inmediatamente después de la renovación, un proceso con vistas a adaptar el Nombramiento de sus jueces-miembros, teniendo en cuenta las normas europeas sobre los Consejos de la Judicatura”, declaró Reynders en su comunicado de prensa para que se establezca un “diálogo constructivo”.
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Los socialistas creen que la solución será la buena política: se dan cuenta de que están prácticamente rodeados por el PSOE y el PP en octubre de 2022, mientras que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se hace eco del argumento de que no es posible cerrar un acuerdo acuerdo. con Pedro Sánchez porque le correspondía modificar el delito de sedación. En este pacto sólo hay una correlación entre las fortalezas del nuevo asesor y el número de asesores, con perfiles políticos, así como ciertos estándares para garantizar una mayor despolitización, pero también una fórmula para satisfacer la voluntad del PP de abrir el debate. . Respecto al cambio de sistema electoral: varios grupos presentaron un proyecto de ley conjunto al Congreso para crear el CGPJ con el fin de facilitar información sobre posibles cambios en el sistema electoral para que las Cortes lo estudien y tomen una decisión.
El modelo actual, que precisamente modificó el PP en 2013 con su mayoría absoluta, incluye una participación significativa en los juegos de renovación, y el Congreso optó por seleccionar 12 votos del CGPJ de una lista de 36 que tienen derecho a magistrados. Pero no hay elección directa para los jugadores, como quién quiere el PP y se une al PSOE. Los socialistas se creen conservadores del alcalde de carrera y siempre cuentan con un CGPJ acompañado de la derecha al margen de quienes votan a los ciudadanos, aunque PSOE y Sumar acepten el punto de vista democrático. Tampoco es el habitual en los grandes países europeos, donde tiene modelos de todo tipo, incluidos varios en los que la política tiene mucha más presencia que en España.
González Pons presentó la amnistía como un elemento que complica el acerdo. Esto es algo que la Comisión está esperando, a la espera de la presentación y aprobación de los corresponsales enviados a opinión, que aún no ha llegado. “Entramos en el contexto de la ley de amnistía apoyando una deslegitimación por parte del gobierno del poder judicial y eso influye en las conversaciones que vamos a mantener”, aseguró el vicesecretario institucional del PP, que no dejó de convencer. manifestarse como “muy pesimista”.
Se anotan las consecuencias del bloqueo. La falta de renovación del CGPJ —el órgano de gobierno de todos los jueces de España, formado por 20 votos: 12 magistrados y otros juristas de reconocido prestigio y un elegante presidente por votos— ha causado un daño importante al Tribunal Supremo: si un tercio de su planta magistrada (jubilados o fallecidos en ese momento) no pueden ser reemplazados. Esto le ha llevado a dictar 1.000 sentencias menos cada año, según las últimas estadísticas del Consejo del Poder Judicial. El Supremo se encuentra, en algunas de sus salas, en una situación al borde del colapso.
La renovación de nuestros diputados, cuya última palabra corresponde al Parlamento, requiere el apoyo de las tres quintas partes de las Cámaras, y, por tanto, el pacto entre los dos principales partidos, el PSOE y el PP, resulta imprescindible. El PP exige que los 12 votos vocales sean elegidos directamente por los miembros de la carrera judicial, que tienen todo el poder de decisión en el Parlamento. Su bloqueo, que dura ya cinco años, implica que el actual CGPJ (que corresponde al momento en el que los populares tienen mayoría absoluta) con mandato caducado, cuente con una mayoría absoluta de vocales conservadores, convertidos en política contra el ejecutivo.
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