España tiene un problema de reciclaje: las tareas de reutilización, tanto en el entorno urbano como en general, tras los 10 puntos diarios de los medios europeos y a una enorme distancia de Alemania, donde es posible duplicar letras en función de los residuos de la ciudad. . Lo más preocupante es el uso circular de materiales, que se sitúan en medio de las materias primas en el proceso total de reciclaje, porque el porcentaje ha disminuido del 11,5% al 7,1% en 12 años (desde 2010). Estas son algunas de las principales conclusiones de la última información de Esenciales de la Fundación BBVA y del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), elaborada a partir de datos de Eurostat -la Oficina Europea de Estadística de la Comisión Europea- y publicada por este último.
La información analiza la evolución de estos indicadores en las principales economías de la Unión Europea —Alemania, Francia, España, Italia y Países Bajos— y su comparación con los medios eólicos. España está bien en venta en solitario, aunque en uno de los indicadores: en los residuos urbanos generados -que incluyen tanto la actividad económica como el uso doméstico- se tradujo en una reducción del 40% per cápita entre 2004 y 2020. Esta cifra debe ser la reducción de residuos químicos, madera, textiles y plásticos, en todos los casos con tasas de reducción del 50%. Suben, cambio, embalaje y embalaje, un 12% en dos décadas, debido a todo el incremento del comercio electrónico.
Mientras tanto, los kilos de residuos per cápita en las zonas urbanas aumentaron de 654 kilos per cápita en 2000 a 472 kilos en 2021, lo que representa una caída del 32,5%. “Hubo una gran concienciación de la población para separar los recursos que producen, y esto evitó un desperdicio de residuos de vertebrados”, explica Ernest Reig, investigador del Ivie y uno de los autores de la información. “En cualquier caso, la población española creció más que la media europea, y como en este caso tenemos conocimiento -al comparar el volumen de residuos con la población-, este aumento de población conlleva una cierta reducción del conocimiento”, añade.
La gente cada vez está más concienciada con el reciclaje, pero una vez que las diferentes bolsas van al contenedor eso requiere mucho trabajo. De hecho, España se encuentra en los últimos puntos en cuanto a tasa de reciclaje de residuos urbanos, con sólo un 36,7% de recuperación en 2021, más de 10 puntos respecto al rumbo de la Unión Europea, que alcanzó el 48,7%, y mucho para Alemania (67,8% ). “Es cierto que vamos mucho más lejos, pero hemos avanzado mucho en las dos décadas en las que la pila de reciclaje se ha duplicado: en el año 2000, era la pila del 18,5% en España, mientras que Alemania recuperaba el 52,5%”. dijo Eva Benages, también economista del IVIE y otra de las autoras de la información. Durante estas dos décadas, los medios europeos aumentaron del 27,3% al 48,7%.
Mientras tanto, la carga de residuos totales también disminuye en los países de economía: un 48% frente a un 58% de europeos. Es el responsable de la falta en materia de innovación del sector español. “Alemania y Francia producen más patentes relacionadas con el reciclaje que España y eso tiene consecuencias por lo que pase con estos residuos”, apunta.
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La mayor preocupación es la tarea del uso circular de materiales, que es la relación entre el uso de materiales que asegura el reciclaje con respecto al uso total de materiales. En este caso, España pasó del 10,5% en 2010 al 7,1% en 2022; los medios europeos se sitúan en el 11,5% y en este campo el líder de los países bajos, con el 27,5%. “Esto significa que somos más optimistas sobre la extracción de nuevos materiales que sobre la reutilización, que es costosa y ayuda al medio ambiente”, afirmó Benages. “Se puede decir que si la gente es consciente de separar los residuos y reciclarlos, pero también tiene que preocuparse por los modelos de consumo más sostenibles, decide aplicarlos a través de productos de segunda mano o reparar lo que hay que hacer”, él continúa.
Y va más allá: “Para reciclar más materiales que creen mercados para productos reutilizables, es importante que las empresas y administraciones tengan un lugar donde entrar en contacto para crear un mercado que permita los intercambios comerciales, al estilo de Wallapop, que funciona como yo. . compra de segunda mano para particulares… pero para empresas. Si hemos dado algunos pasos, pero hoy no nos hemos desarrollado lo suficiente”. En su opinión, “los consumidores también pueden hacer más, pretenden alargar la vida útil de los productos de reparación y renovación, que consisten en utilizar los componentes de un producto para volver a encajarlos en otro producto”.
Devolución de sobres
Julio Barea, experto en residuos de Greenpeace, señaló mientras tanto otra firma: “El contenedor amarillo tiene décadas para alcanzar su máxima capacidad de recuperación de sobres, mientras que el sector ya no tiene que beber nada para modificar este sistema. ¿Qué puedes hacer entonces? “El primero es eliminar todos los recipientes desechables. Y tuve que montar un sistema de devolución de envases para que cuando compras un producto que ya tiene una pequeña cantidad de dinero (de 8 a 50 céntimos) se recupere al ampliar el envase”.
Este sistema funciona en países como Alemania, Dinamarca o Portugal y ayuda a mejorar los bolsillos. “En Alemania hay botellas de plástico PET que se pueden reutilizar 40 o 50 veces. Se le prepara y cuando está desarrollado se lava y se ve para su uso”, especifica. Los consumidores guardan sus botellas y las transportan a las máquinas de los supermercados, que ofrecen un producto que contiene dinero al adquirirlas en la siguiente compra. “A cambio, en España se venden cada día 51 millones de envases de bebidas, de los que sólo se recogen 20 millones para reciclar, y habrá una manera de sacar muchos de ellos de circulación”, prosiguió Barea.
“Evaluar los avances logrados en los últimos años en España es el camino que conduce al desarrollo circular de la economía”, resume el documento. “Para mejorar el potencial de oferta de este modelo de economía sostenible, debemos incrementar las inversiones en I+D y la generación de patentes en este entorno. […]. Además, la economía circular también requiere cambios culturales entre los consumidores y sus hábitos de consumo, que pueden fomentar el desarrollo de nuevos modelos de negocio basados en la denominación económica colaborativa o en la empresa de servicios específicos en lugar de la propiedad del bien que los presta. ”, concluye la información.
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