Félix Lebrun lleva a los blues a la final del Mundial de tenis de mesa, donde se enfrentarán a la armada china

Veintisiete años de espera. Por primera vez desde 1997, la selección masculina francesa de tenis de mesa competirá en la final del campeonato mundial por equipos. Vencedores de Taiwán (3-1), el sábado 24 de febrero, en semifinales en Busan (Corea del Sur), los Bleus de un irresistible Félix Lebrun jugarán por el título contra China, diez veces vigente campeona del mundo (al mediodía). hora de París).

Los Tricolores, ya asegurada una medalla – los partidos por los 3^mi plaza inexistente en esta competición-, estuvieron guiados por un excelente Félix Lebrun, número 6 del mundo y vencedor de sus dos enfrentamientos, contra Chih-Yuan Chuang, en el primer partido, y Yun-Ju Lin, 8^mi mundo, durante el cuarto encuentro decisivo.

Este último se deshizo primero del mayor de los hermanos Lebrun, Alexis, permitiendo que Taipei Chino –el nombre dado a Taiwán en las competiciones deportivas internacionales– fuera recordado en un momento dado en todas partes. Fácil ganador de 31^mi mundial Cheng-Jui Kao (3 sets a 0), Simon Gauzy aportó el punto necesario para devolver a los Blues el liderato; Depende de Félix Lebrun asegurarse la clasificación durante el encuentro final.

Francia, clasificada para la tercera final de su historia después de 1948 y 1997, se enfrentará el domingo a China, primera nación del mundo, que derrotó al anfitrión Corea del Sur (3-2) en semifinales. En 1997, durante el Campeonato del Mundo de Manchester (Reino Unido), los tenistas de mesa franceses, guiados por Jean-Philippe Gatien – último campeón del mundo francés, en 1993 – perdieron ante los mismos favoritos chinos.

Con diez títulos mundiales consecutivos como equipo, la armada china promete ser una cumbre que podría parecer insuperable para los Bleus. Pero impulsada por sus dos fenómenos, los hermanos Lebrun, la selección francesa ya no puede dejar de soñar, incluido un histórico primer título mundial a pocos meses de los Juegos Olímpicos de París. Y de paso, para vengarse de China, tras la seca derrota de los Bleus el viernes en semifinales contra los tenistas de mesa chinos.