La policía brasileña sabe que Jair Bolsonaro fue culpado de falsificar su tarjeta de vacunación

La policía brasileña sabe que Jair Bolsonaro fue culpado de falsificar su tarjeta de vacunación

Las distintas investigaciones contra Jair Bolsonaro, que presidió Brasil entre 2019 y 2022, han seguido demostrando que los testigos revelaron nuevos testimonios que lo sitúan en el centro de una trama golpista y que son los martes del gobierno federal policial que han sido formalmente solicitó ser imputado. Por falsificar su cartilla de vacunación y la de su hija, afirmó Laura, de 13 años, a la prensa local. Los investigadores acusaron al exmandatario, pero alrededor de quince personas más, inscritas en el registro nacional de vacunas para una advertencia, de manera fraudulenta, fueron vacunadas contra el covid-19 durante la pandemia. Ante esta acusación de dos crímenes que se prolongaban durante 15 años, Bolsonaro respondió que no era un secreto y que nunca estaba vacío. Pero no se explicó cómo figuraba la policía en el registro nacional como vacunada.

Durante 15 meses, el ultraderechista perdió el poder y la inmunidad del gozó durante tres décadas, primero como diputado y luego como presidente; Se multiplican las investigaciones, testimonios, acusaciones y pistas en su contra. El líder de la oposición brasileña también está siendo investigado por proponer a las Fuerzas Armadas cortar varios movimientos destinados a llevar a cabo una intervención militar contra Luiz Inácio Lula da Silva -los generales fracasan y neutralizan la intención- y por apropiarse de las alegrías del verdadero saudí. La familia lo regaló como jefe de Estado.

Este caso vinculado a las vacunas es ahora el más avanzado. Pero será la Dirección General de Hacienda del Estado la que decidirá si existen elementos suficientes para atribuirlos a los delitos de asociación delictuosa e introducción de datos falsos en el sistema informático de salud pública.

Es “una investigación selectiva”, dijo Bolsonaro a Reuters. “Estoy tranquilo”, añadió para recordarnos: “El mundo sabe que no me vacuné”.

Durante la pandemia de coronavirus, Jair Bolsonaro, de 68 años, se encontró a nivel mundial gracias a la negativa de los antivacunas, una postura que prácticamente nunca ha afectado a ningún otro líder de un país democrático. Minimizar el impacto de los contagios -«Brasil no es contagioso, pero no es malo y no es malo», afirmó-; reducción de la efectividad de las vacunas y desinformación sobre ellas –“Si ves un caimán, ese es el problema”–; no necesitas comprar vacunas para inmunizarte; y ataqué hasta atenuar a los agentes regionales que pretendían comprar la dosis en el extranjero en su nombre. Más de 700.000 brasileños entrarán en la presunción de no estar vacíos.

Una vez finalizado su mandato, su plan será enviado a Estados Unidos para no ayudar a la jefatura de Lula. Sin embargo, surge un problema: las autoridades nacionales exigen un certificado de vacunación. La policía argumentó que Bolsonaro conspiró con su secretario privado, el teniente coronel Mauro Cid, un representante y otras personas de su círculo para falsificar sus tarjetas en el registro nacional. Se convirtió en la principal fuente de investigaciones contra su exlíder.

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By Leo Nordström

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