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Si Dios no estuvo en Madrid los primeros 45 minutos de Wembley lo retransmitieron como nunca, y Dios no es quien sabe ser diferente: siempre tiene un momento en el que está la patita, seguro que debe ser dura como Dios y no puede. dilo. Mientras el Borussia encendía su pasión hasta iluminar Londres, y en el barrio de Mayfair presentaba durante la mañana del sábado a un grupo de alemanes con uno con la camiseta del Cádiz: “¿Ustedes? “, los preguntaron, “yo del Cádiz y del Borussia, como todos”, respondieron con acento chiclano (juegan en otra liga y hay que callar y aplaudir). Tras su paso por Londres, los alemanes disputaron con Wembley. Los futbolistas tuvieron que Dejar al Madrid más entristecido para una final de campeones: dispersaron la defensa, que está en el centro del campo, los alemanes eligieron la portería del Madrid como si los carpinteros fueran tan lógicos, un 3-0 no es gran cosa. Un 0-0, sentencia de muerte para el Borussia.

Gregor Kobel, Julian Ryerson, Hummels, Ian Maatsen, Nico Schlotterbeck, M. Sabitzer, Emre Can (Malen, min. 80), Brandt (Sébastien Haller, min. 80), Jadon Sancho (Jamie Bynoe-Gittens, min. 86) , Karim Adeyemi (Marco Reus, min. 72) y Füllkrug

Courtois, Nacho, Dani Carvajal, Rüdiger, Ferland Mendy, Jude Bellingham (Joselu, min. 85), Camavinga, Federico Valverde, Kroos (Modric, min. 85), Vinicius Junior (Lucas Vázquez, min. 93) y Rodrygo (Eder Militao, min.90)

goles 0-1 min. 73: Dani Carvajal. 0-2 minutos. 82: Vinicius Júnior.

Árbitro Slavko Vinčić

Tarjetas amarillas Vinicius Junior (min. 34), Nico Schlotterbeck (min. 40), M. Sabitzer (min. 43) y Hummels (min. 78)

Imagínate ese vestuario alemán en el desarrollo: la final de la Champions contra el Madrid y numerosas ocasiones, y tendrás otros 45 minutos que te llevarán a un gigantesco desesperado, enfadado y agradecido, feliz con tu destino. “Gol de cabeza de Carvajal en un córner contra unos alemanes. Nos la suda todo ya”, dice un aficionado desde el primero. El amarillo empezó a ponerse blanco, y el blanco daba plus miedo: hacen falta menos, algunas posesiones, para sembrar caos y deshonra al rival; No hace falta jugador, se puede medir a una defensa bajito (menuda Campeones, Daniel) rodada por torres alemanas; El Madrid presente en la final de la Champions (14 de 17, las últimas ocho ganadas) es una enfermedad implacable y cruel, es una tenia sobrenatural: consume lo que viene, grita que te nutres y lo que sigue es morir más despacio.

Lo que pasó en Wembley es que, en la primera parte y en sus ocasiones más claras, el formidable Borussia no supuso que se cortara el cable, no supuso los nervios, y en la segunda parte, el Madrid lanzó un golpe sin ninguna oportunidad. y en la primera ocasión ocurrió la segunda vez. Los porqués dan igual porque ce equipo ya no está en esas. Presenta, y el paisaje y aplica un mazo salvaje cuando los partidos lo tienen necesario: gol y gol, título. Volver a la Champions en tiempos que se presentan en transición. Es Cristiano, el máximo goleador de la historia del Madrid, es Ramos, el fundador de un ciclo monumental, es todo Dios, pero el escudo no está en el bolso de la camiseta, y alguien coincidió con esta persona en algo. , aunque no lo haya: a veces basta con creer.

En la boda de Carvajal a par de veranos, varios jugadores se unen a la sombra de un árbol de charla con varias direcciones. También es Joselu, cuñado de Carvajal y por tanto fuera de Madrid. He tenido la época de las subidas imposibles. “Pase lo que pase, ¿cuál es el único dueño del Madrid, qué sentimientos hay en su bando?”, declaró una directiva. Le dije al chico nuevo: “No sé si tengo algo o no, pero los rivales creen que sí, y eso es lo importante”. No, esto no es lo que facilitará la participación del vestuario del Borussia durante el partido: desaparecer al rey, y fallaron. El rey los engulló en dos cucharadas. No hay posibilidades de jugar: se lamenta, ya está ahí, sobre el rival. Apunto y mató. Un alemán lo resumió así en el descanso: “Mais cómo hemos dejado vivos a estos psicópatas”. Y Dani Carvajal también respondió a esta pregunta.

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