Una mala decisión puede condicionarte un partido entero. Eso fue lo que le ocurrió al Chelsea en el Molineaux, donde el Wolverhampton aprovechó los errores de los ‘blues’ en ambas áreas, especialmente en el apartado ofensivo, para llevarse los tres puntos y hacerse fuerte en casa.
[–>El encuentro estuvo marcado por una acción inexplicable de Raheem Sterling. A la media hora de partido, el jugador inglés aprovechó un error en salida de balón de los locales y plantarse solo ante Jose Sa con dos compañeros. Un tres contra uno a priori muy sencillo de resolver, pero el extremo eligió la opción de obviar a sus acompañantes en el contraataque y disparar al cuerpo del guardameta portugués, ante la incredulidad total del resto de jugadores, que se echaron las manos a la cabeza.
Una decisión egoísta, un error que debería haber supuesto el 0-1 del Chelsea pero que terminó condenando a los ‘blues’. En la segunda parte el Wolverhampton dio un paso adelante y termino imponiéndose aprovechando su poderío en el balón parado, adelantándose con un gol de Lemina a la salida de un córner.
El equipo de Pochettino apretó entonces el acelerador, especialmente con la entrada de Mudryk y Nkunku, que rozó el gol con un remate que sacó Toti en la línea de gol. Los intentos de los visitantes fueron frustrados uno tras otro y los Wolves sentenciaron tras otro error, esta vez de Badiashille a la hora de despejar, que Doherty no perdonó.
Nkunku recortó distancias para los ‘blues’ en el tiempo añadido con su estreno en Premier League, pero ya era demasiado tarde. Con este triunfo los de Gary O’Neil igualan en la clasificación al Chelsea, cuyos aficionados tardarán en olvidar el clamoroso fallo de Sterling.