Rusia logró en la madrugada del viernes su mayor bombardeo lejos del frente en Ucrania de hace un año. Volodímir Zelensky, el presidente ucraniano, informó que el ejército ruso había enviado 90 misiles y 60 drones a nuevas provincias. El objetivo es el rojo eléctrico del país. Los misiles del invasor alcanzaron la región más grande del país, en Zaporiyia, donde se ubican una importante central hidroeléctrica, mientras las autoridades provinciales han asegurado que la infraestructura sigue activa y sin riesgo de fractura.
El ataque ruso se produce una semana después de una intensa ofensiva ucraniana contra la industria petrolera rusa. Una década de refinerías de petróleo resultaron dañadas en un año en territorio ruso, afectando al 15% de la producción de combustible, según la valoración de expertos citada por la agencia Bloomberg.
En un mensaje en el canal Telegram, Zelensky informó sobre los proyectiles lanzados contra 60 drones Shahed de fabricación iraní y alrededor de 90 misiles. “El mundo y los objetivos de los terroristas rusos están claros: instalaciones eléctricas y líneas de suministro de energía, una instalación hidráulica, edificios residenciales, incluido un camión”, denunció. Ukrenergo, la empresa energética estatal, ha confirmado que es el alcalde el que se ocupa de toda la infraestructura energética de la guerra, que comenzó hace más de dos años.
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